2007:Intervenciones

The missed concert

Anikka Ström

TOM MORTON, META.PAPER VOL.1.NO 4. 2006:

”Las actuaciones públicas de Ström son breves y esto ha provocado que algunos de sus amigos se las hayan perdido por un mero capricho del destino. En su vídeo de 2005 The Missed Concert (El concierto perdido), la artista entrevista a algunos de quienes no llegaron a asistir y les pide que describan las circunstancias que les impidieron acudir. Una mujer con un vestido de flores habla de una excesiva libación después de un encuentro por sorpresa con un antiguo amigo. Un padre cuenta que recibió la llamada de una canguro aterrada por un pañal sucio. Un hombre con una camisa azul narra con detalle un viaje a tumba abierta en coche para llegar a tiempo a la cita y cómo se frustró por su necesidad de ir al aseo. La historia mejor y más improbable es la de una mujer australiana que relata que justo antes de un concierto en Oslo se coló en un museo en donde se quedó maravillada ante el cuadro de una mujer montada en un oso blanco. Como quería fotografiar la pintura con la cámara de su nuevo teléfono móvil con el que no estaba familiarizada, se puso a hurgar en los botones hasta que consiguió la foto y terminó corriendo al acto para encontrarse con que la actuación de Ström había terminado (‘Me sentí fatal’). Éste es el tipo de cosas que nos suceden, pero también el tipo de cosas que pueden transformar una amistad magullada en una amistad herida o incluso (si sucede con mucha frecuencia) hacer que se desvanezca. Así mirado, el vídeo de Ström es un ejercicio de generosidad y fe: un confesionario en el cual se creen las excusas de los desafortunados y el informal puede encontrar el perdón. Sin embargo, The Missed Concert también tiene un tono suavemente reprobatorio que acaricia los pies tanto de los amigos de Ström como del espectador. Existe una parte en la mayoría de nosotros que cree que el tiempo está de nuestra parte, que siempre llegaremos en el último momento o que acertaremos entre un millón de posibilidades; lo creemos porque es un cuento satisfactorio (¿cuántas películas hemos visto en las que el héroe no desactiva la bomba hasta el momento justo en que el reloj marca cero?) y somos criaturas propensas a transformar cualquier experiencia en una escena propia, en una película biográfica. Sin embargo, la vida real no es así (pregunte a un filósofo y le dirá que es imposible demostrar de manera satisfactoria incluso la causa y efecto más sencillos). En la vida real perdemos el último tren y las oportunidades doradas, nos perdemos los conciertos de nuestros amigos y, si no tenemos suerte, nos perdemos el encuentro con el amor de nuestra vida. The Missed Concert nos presenta un mundo –el nuestro– en el cual el tiempo está fuera de quicio y nuestra única línea de conducta posible es la de darles cuerda a nuestros relojes y esperar lo mejor.”

Ubicación

La casa encendida, Ronda de Valencia nº 2

3 de febrero, 20:00H 

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