2009-2010:Textos

Introducción

Cecilia Andersson

Es la primera vez que MARID ABIERTO se celebra como evento bienal, y el tema de esta edición es la colaboración. La convocatoria de obras anunciaba su apertura a propuestas de diversas disciplinas y a aquellos artistas que deseaban introducir su obra en el reino social de la práctica del arte y de la participación del público. Los artistas seleccionados estuvieron reunidos tres días durante un seminario inicial que se celebró en Madrid a principios de febrero de 2009.

El objetivo de este seminario no se limitaba a permitir que los artistas participantes se presentaran y mostraran sus obras anteriores, sino que también ofrecía la posibilidad de que otros actores familiarizados con Madrid y su contexto presentaran sus actividades. Tras todo ello subyacía la idea de crear una red de conexiones, una red que ayudaría a los artistas visitantes seleccionados, que en su mayoría residen fuera de España, a conectar con los conocimientos locales y el contexto específico de Madrid.

Las obras que ahora se muestran son algunos resultados de los procesos y contactos que se iniciaron durante este seminario. Para que una ciudad se desarrolle, sea comunicativa, esté viva y funcione como catalizador de la vida pública es necesario estimular la participación civil y la implicación de la comunidad. En el contexto actual, donde la sociedad con frecuencia no consigue superar los desafíos más inmediatos, ¿cómo puede la unión de recursos, como aquellos que se encuentran en las iniciativas de colaboración e interdisciplinarias, desarrollar métodos de trabajo alternativos? ¿Cómo se puede sustituir la inercia y la nostalgia por instrumentos futuristas e inspiradores que actúen como catalizadores del cambio? En nuestra era pospolítica, ¿de qué manera pueden las prácticas artísticas ejercer su influencia a pesar de las convenciones dominantes? ¿Cómo pueden los artistas acceder y tratar espacios y lugares cuando la realidad es que a la mayoría de los ciudadanos no les interesa participar en redes sociales comunitarias?

Esta edición de MADRID ABIERTO explora la manera en que la colaboración y la cooperación pueden actuar como catalizadores para inducir cambios beneficiosos para la ciudad y sus habitantes. La implicación de gente de un amplio espectro de profesiones -jardineros, geólogos, actores, trabajadores sociales, programadores, arquitectos y urbanistas, entre otros-, ha dado como resultado proyectos artísticos que manifiestan una gran diversidad de puntos de vista y expresiones.

La finalidad de un enfoque tan comprometido con la sociedad es crear una red más amplia que, idealmente, pueda acercarnos a comprender algunas de las dinámicas que actúan en la ciudad. La expresión de preocupaciones concretas y la manifestación de las cuestiones locales se sitúan un paso más cerca de la resolución de un conflicto o de la mejora de una situación. Los diez artistas seleccionados en esta edición de MADRID ABIERTO están explorando terrenos que normalmente permanecen en la oscuridad y/o en el silencio.

El objetivo es revelar algunas de las dinámicas y esfuerzos de colaboración e investigar cómo dichos esfuerzos pueden afectar a la gente y a la política de lugares específicos. La palabra ‘colaboración' implica cierto tipo de entendimiento mutuo. Sería difícil llevar a cabo un proyecto de colaboración si no se acordara al principio qué es lo que el proyecto desea comunicar y a quién. Este proceso de establecimiento de metas, de definición y exploración de caminos, así como la constante búsqueda de socios adicionales, forman parte integral de los proyectos de colaboración.

En estos aspectos, los proyectos artísticos y culturales en general pueden servir como instrumentos para el intercambio y el reconocimiento de las personas involucradas. La apertura de diálogos de colaboración implica convivencia, buena vecindad, identificación mutua y una comprensión más amplia de la diversidad. En estos contextos, el arte se debe entender como una forma de imaginación política. La creación de este tipo de modelos es una necesidad constante en la sociedad actual.

La práctica de la colaboración también puede incluir categorías como el arte de compromiso social, el que se basa en la comunidad, el dialógico, el ‘relacional', el participativo, el intervencionista, el que se fundamenta en la investigación... Una cosa sí es segura: desde los años noventa, cada vez más artistas trabajan con estos patrones y, en consecuencia, se les juzga cada vez más por los procedimientos de su trabajo y por los modelos participativos que crean. Esta forma de trabajar, esta especie de "fiebre del método", en palabras de Sarat Maharaj, este acuerdo consensual, ¿distancia a los artistas del núcleo de la práctica del arte, es decir, de la autonomía? ¿Es posible que los proyectos de colaboración, en lugar de explorar visiones e ideas próximas al corazón del artista, sucumban para formar parte de una idea más bien convencional de lo que pueden ser la colaboración y la participación?

La crítica de arte británica Claire Bishop califica esta postura de religiosa, de ‘cristiana', y sostiene que en los proyectos de colaboración el artista suele adoptar una postura de sacrificio personal y actúa para los Otros. Ahora, un año después de nuestra primera reunión en Madrid, ha llegado el momento de la presentación. Algunas de las cuestiones que se han planteado más arriba siguen sin respuesta, pero otras sí han sido esclarecidas. Además, algunas de las obras presentadas han conseguido plantear nuevas preguntas. Esta presentación constituye una oportunidad para reflexionar sobre algunas de ellas. España acaba de asumir la presidencia de la Unión Europea en un momento en el que la crisis económica sigue azotando el país.

Uno de sus signos más visibles son las ciudades fantasma de los alrededores de Madrid, a cuya documentación se ha dedicado Laurence Bonvin. Seseña, por ejemplo, ya era una ciudad fantasma incluso antes de que alguien se mudara allí. A diferencia del Salvaje Oeste de finales del siglo XIX , donde las ciudades fantasma empezaron a aparecer tras la fiebre del oro en California, su equivalente, la frenética construcción en España, colapsó más rápido de lo que nadie se podía haber imaginado. En plena crisis, y como una manera práctica de enfrentarse a ella, se puso en marcha el Plan Ñ, concebido para mejorar la infraestructura del país y al mismo tiempo crear oportunidades de trabajo.

Lara Almarcegui está participando en una parte del plan, en la construcción de un parking bajo la calle Serrano. El único día a la semana en que los trabajadores no excavan se organizan visitas guiadas al mundo subterráneo de Madrid. Esta parte suburbana de Madrid, sus entrañas, sus estratos desnudados en capas, presenta una parte asombrosa de una ciudad que de otro modo sólo se podría apreciar por su entorno ordenadamente construido. La tierra excavada con todos los vestigios de las vidas pasadas alberga semillas para el futuro.

La vegetación puede volver a la vida tras años de enterramiento si queda expuesta a la luz del sol. Lisa Cheung ha transformado un camión en un centro de jardinería móvil que recorrerá Madrid haciendo paradas una vez a la semana por una ruta planificada. El autobús-jardín, que formula cuestiones sobre la sostenibilidad y a la vez comparte conocimientos, también tiene como objetivo la creación de una comunidad de ‘granjeros urbanos' estableciendo un tema común sobre el que centrarse.

Iñaki Larrimbe propone un vehículo diferente y presenta una variedad diferente de recorridos. Su caravana reacondicionada es estacionaria y permanece aparcada en el centro urbano, donde hace las vece de oficina de turismo alternativa y desde la cual se distribuirán mapas con una misión especial. Estos mapas pretenden hacer visible la ciudad desde perspectivas diferentes e incluyen, por ejemplo, los mejores letreros de neón de Madrid, una selección del arte urbano más destacado y las calles y plazas en las que se han rodado películas. Todos describen rutas alternativas para los visitantes de la ciudad. Sus recorridos muestran lo inusual, lo que normalmente no se ve y desea atraer nuestra atención.

En este aspecto tiene algo en común con el proyecto de Campo AA-Madrid de Adaptive Actions. La carpa temporal de AA , ubicada en el interior de la estación de Atocha, sirve como punto de encuentro, como lugar de recopilación y exhibición. AA pretende documentar las absurdidades de la ciudad, como las señales ilegibles, las normas incomprensibles, la pérdida de tiempo, lo extraño, lo contradictorio y lo que suele pasar inadvertido.

La idea de recopilar, de crear un punto de encuentro y un lugar en el que compartir y formar parte de la propia comunidad son los temas que explora Susanne Bosch. Su iniciativa consiste en recolectar pesetas, que se retiraron de la circulación en el Año Nuevo de 2000. Bosch pide un esfuerzo de colaboración no sólo para reunir las pesetas que quedan, sino también para unir fuerzas y decidir qué hacer con el dinero tras su recolección y contabilización.

Mientras que la labor de Bosch consiste en reunir dinero antiguo, Gustavo Romano se dedica a emitir una moneda nueva. Su interacción basada en la actuación funciona desde un triciclo modificado y equipado con conexión inalámbrica y una impresora que emite Billetes de Tiempo. Estos billetes constituyen una moneda alternativa y abarcan desde 60 minutos a un año. Es una manera de compensar a la gente por el tiempo perdido, cuestionando al mismo tiempo los sistemas de valor arraigados en el cambio de moneda. Utiliza el espacio de la manera más eficiente, contabiliza su utilización por minutos y convierte el tiempo en dinero que se paga por el alquiler.

Josep-María Martín ha entrevistado a inmigrantes africanos que viven en Lavapiés en una situación denominada ‘camas calientes': un gran número de personas con diverso estatus legal que se hacinan en un solo apartamento y establecen turnos para dormir. Estas camas nunca están frías. En cuanto una queda libre, ya está esperando el siguiente huésped de pago. Martín entrevistó a las personas que compartían estos apartamentos y les prestó la videocámara para que hicieran un documental de sus vidas. Mantuvo entrevistas con agentes de inmigración y trabajadores sociales. El vídeo resultante se proyecta al aire libre durante las oscuras horas de la noche.

Las noches de febrero son frías en Madrid, pero Pablo Valbuena necesita la oscuridad para sus proyecciones en espacios públicos. Sus discretas animaciones proyectadas en la fachada de un edificio siguen el perfil de la arquitectura y traen nuevas dimensiones a una realidad arquitectónica que presenta un aspecto muy diferente a la luz del día.

Mientras que Valbuena trabaja como una especie de negro de la arquitectura, Teddy Cruz se enfrenta a una fachada diferente, la de la Casa de América. A modo de parásitos, toma una pequeña habitación en el interior del edificio huésped y se hace accesible a través de escaleras que suben a través de la fachada. Otra parte del proyecto de Cruz consiste en invitar como colaboradores al colectivo M7Red, afincado en Argentina y a Iago Carro con residencia en España, y establecer vínculos a través de la educación con niños inmigrantes del barrio madrileño de Puente de Vallecas. La fachada de la Casa de América, en un acto de transformación ameboide, se convertirá en un puente simbólico y servirá de unión no sólo entre países, sino también entre la periferia y el centro.

Creo que estos proyectos, que sólo se han reseñado brevemente, contienen la fuerza para hacer un llamamiento a la conciencia inicial de las necesidades culturales en la actualidad. La manera en que se puedan satisfacer dichas necesidades en el futuro requiere un compromiso a más largo plazo - proyectos que se extiendan durante un periodo de tiempo más prolongado. Los proyectos presentados en esta edición de MADRID ABIERTO dan forma a aquello que aún queda por conocer. Como tales, participarán activamente en la definición de las necesidades del mañana.