La obra es una gran señal que contiene la declaración: “La guerra es nuestra”, detallada en caracteres negros con iluminación posterior, y colgada de la fachada del Círculo de Bellas Artes.
La señal recurre a un formato que se ve muy frecuentemente en los escaparates —el espectador puede, inicialmente, pasar la señal por alto, igual que a menudo somos indiferentes a la nueva información y a los nuevos medios que se nos presentan constantemente, pero un segundo vistazo puede dar lugar a una reacción diferente. Además, la colocación de semejante señal en un edificio cultural bien conocido lleva a una yuxtaposición de lo político y lo bello y lo histórico.
La referencia inicial de la declaración “La guerra es nuestra” es, naturalmente, a la guerra de Irak. Pero la declaración también es abierta; la “guerra” puede referirse a cualquier asunto que provoque preocupación en el espectador. En Madrid, esto podrían ser las actividades de la formación terrorista ETA o la necesidad de viviendas más asequibles dentro de la ciudad. La meta de las artistas es mostrar que todo el mundo es participante voluntario en lo político. La indiferencia es una declaración, tanto como librar una guerra o participar en el activismo político.
Fachada Círculo de Bellas Artes